Vivir en la piel de otros
Néstor Espinosa Mitjanas
04 julio 2025
Néstor Espinosa Mitjanas
04 julio 2025
A veces vivir en una casa heredada es como ponerse la ropa vieja de tus padres.
Ese abrigo que huele a infancia, que aún guarda su forma… pero no está hecho para ti, no lo sientes tuyo.
No habla tu idioma. No cuenta tu historia.
Y ahí seguimos, años después, viviendo entre muebles que no elegimos, con alfombras que no van con nosotros, pasando por estancias que evitamos sin saber por qué.
La casa sigue en pie, sí. Pero nosotros… estamos como suspendidos en ella.
Hay mucha gente que vive en la casa de sus padres. Y aún después de muchos años siguen diciendo: “no quiero cambiar nada, es como si todavía los sintiera aquí”. Y, sin embargo, cada vez que abren la puerta, sienten que entran en una historia que no es del todo suya.
Casas que se convierten en santuarios. Lugares de reverencia, "intocables", que no se puede modificar a riesgo de sentirlo como un acto de traición o de falta de amor. Lugares que se acaban convirtiendo en jaulas sutiles, y que bloquean nuestro camino vital.
¿Y si reformar no fuera romper con el pasado, sino reconciliarse con él?
A veces basta con mover un mueble, cambiar una cortina, pintar una pared con tus colores. A veces es una decisión más grande: abrir una puerta nueva, o incluso darle una "vuelta" completa a la casa. Pero en todos los casos, lo importante es preguntarse:
¿Qué parte de ti se quedó congelada en esta casa?
Y después… ¿Qué parte de ti está lista para habitarla de verdad?
Si alguna vez sientes que la casa que habitas no te refleja, no estás solo.
Y no estás atrapado.
Puedes devolverle alma. Puedes darte permiso para decir: esta casa es mía, ahora sí.
Estoy aquí para acompañarte en ese proceso.
No para transformar ladrillos,
sino para explorar cómo hacer que tu casa empiece, por fin, a hablarte a ti.
Con respeto,
con cuidado,
con corazón.
Como éste es un tema muy delicado,
si prefieres escribirme en vez de hablar por teléfono te invito a hacerlo a nestor@corazondearquitecto.es y compartir tu reflexión, o tus dudas.