Lo que tu cocina dice de ti (y no sabías).
Néstor Espinosa Mitjanas
02 mayo 2025
Néstor Espinosa Mitjanas
02 mayo 2025
La cocina es mucho más que un espacio para cocinar.
Es un lugar de alquimia, un escenario íntimo: de rutinas, de vínculos, de cansancio, de cuidado.
En muchas casas, es el corazón.
En otras, es una zona de caos y bloqueo silencioso.
Me he encontrado con personas que odian su cocina y no saben por qué.
Al final lo resumen diciendo: “No me apetece cocinar… me siento tenso/a ahí… no sé cómo ordenar las cosas”.
Y entonces, empezamos a mirar.
¿Qué puede estar pasando en una cocina que no te deja estar?
1. Mala distribución
Cocinas con demasiadas puertas, recorridos incómodos o muebles que bloquean el paso.
2. Demasiados objetos inútiles
Robots de cocina que no usas, exprimidores, fondue's, ollas que no has tocado en 3 años.
Utensilios duplicados, gadgets de moda, moldes que compraste “por si acaso”.
Todo eso ocupa espacio físico y mental. Crea ruido visual. Y hace que estés incómodo/a sin saber por qué.
La cocina es el lugar donde muchas personas reflejan su deseo de una vida más ordenada o saludable.
Pero cuando ese espacio se convierte en objetos acumulados y no usados, se convierte en un reflejo de caos y frustración, de procrastinación.
Por otro lado, la cocina también puede cargar con:
La presión de comer “bien”
La desigualdad de quién cocina o recoge
La historia con el cuerpo, la salud, el cansancio
Una cocina saturada de cosas que no usas es como una vida llena de tareas pendientes.
Liberarla no es solo ordenar: es soltar expectativas que ya no te sirven.
¿Qué puedes hacer?
3 claves sencillas para empezar:
Observa sin juicio
¿Qué hay a la vista que no usas nunca?
¿Qué objetos se han convertido en decoración pasiva?
Elige 3 cosas para donar, tirar o vender en Wallapop, tú decides (si lo conviertes en una rutina mensual, mucho mejor)
Aunque solo sea una sartén vieja, un cuchillo de más, o ese regalo de amigo invisible de hace 15 años.
Haz un gesto de renovación
Un trapo bonito, una planta, una fuente con fruta real.
Haz que vuelva a ser tuya.
A veces, basta con liberar una encimera para sentir que puedes volver a respirar.
Porque la cocina no solo alimenta el cuerpo.
Alimenta el vínculo contigo.
¿Tu cocina (y tu vida) necesita un cambio?
Puedo ayudarte a darle una vuelta desde lo más práctico… hasta lo más sutil y emocional.
Para que deje de pesar. Y empiece(s) a cuidarte.
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